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El ingeniero Guido D’Alessandro y la construcción del Palacio Nacional

y por tanto nos permiten hilar un cierto sentido de unión

entre Miraflores y Gascue, en tanto ambos derivan en

palacios nacionales desde sus orígenes como residencias

privadas.

En lo adelante es dable suponer que la influencia

de aquella presencia física y simbólica adquiriera

significación dimensional de gran trascendencia e

influyera distintivamente en el crecimiento y desarrollo

de la ciudad y su potencial, real o utópico, planeamiento

urbano, dado su emplazamiento y entorno inmediato:

«

El crecimiento de las ciudades en población y superficie, y el

incremento de las funciones identificadas con las estructuras del

Estado proyecta la tipología clásica fuera del primitivo casco

colonial. El repertorio Beaux-Arts rige durante más de un siglo

de un extremo a otro del continente (americano) y expresa la

institucionalización de las burguesías nacionales, las aspiraciones

grandilocuentes de gobiernos liberales o dictaduras militares.

La mayor o menor elaboración en el uso de los elementos del

código – columnatas, frisos, frontones, cúpulas, etc. – y la

selección de las tipologías estilísticas depende del nivel cultural

de la clase en el poder, o del grado de dependencia respecto de los

centros metropolitanos, así como de los recursos disponibles y

de las funciones que exige dicha simbolización. Los países ricos,

México, Argentina o Brasil, no solo concentran los edificios en la

capital, incorporando un número inusitado de funciones – palacio

presidencial, congreso nacional, municipio, tribunales, correo

central, biblioteca nacional, policía central, catedral, ministerios,

hospitales, cuarteles, museos, etc. – sino también los distribuyen

en las capitales provinciales. Los países de escasos recursos deben

conformarse con la monumentalización del palacio presidencial o el

de justicia, levantados en proximidad a las precarias construcciones

coloniales

».

17

En Santo Domingo parece verificarse esta similitud

entre dos edificaciones levantadas dentro de la retórica

monumentalista que sustentó el discurso ideológico

de la dictadura de los Trujillo (1930-1961).

18

Ambos

son «palacios», siguiendo la tradición heredada de

semantizar y simbolizar el poder al través de los códigos

formales extraídos de la normativa clásica, en estos casos

tamizados por un eclecticismo antológico que barroquiza

las intenciones estéticas en sus resultados plásticos.

Levantados dentro de un mismo período constructivo

y conmemorativo (Centenario de la República), el

Palacio Nacional y el de Justicia se divorcian en el

uso de recursos para sus imágenes pero se sustentan

sobre las argumentaciones segrerianas al dar testimonio

Detalle de la fachada

del Palacio Nacional.

Vista de la cúpula y

pasillos externos del

Palacio Nacional.

Palacio de Justicia.

Proyecto presentado

por la Dirección

General de Obras

Públicas.

Página siguiente:

Siguiendo la propuesta

del ingeniero J. R.

Báez López-Penha,

esta nueva visión de la

futura Ciudad de Santo

Domingo fue

concebida por Guido

D’Alessandro y J. A.

Caro Álvarez.

Mapa de la ciudad y

los contornos de Santo

Domingo por Casimiro

N. De Moya.

Fachada moderna del

Palacio Nacional.