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El ingeniero Guido D’Alessandro y la construcción del Palacio Nacional

que se capitalizaba en medio del estupor producido a raíz del ciclón de San Zenón que destruyó la ciudad

totalmente.

27

La Mansión Presidencial, el sitio alto de la panorámica barriada de Gascue, debió haber sufrido mucho los

embates del fenómeno atmosférico que se abatió sobre la ciudad a solo días del ascenso al solio presidencial

del brigadier Trujillo.

28

Durante el proceso de construcción del Palacio Nacional, el dictador despachó

oficialmente, durante unos tres años, desde lo que es actualmente el Museo de Las Casas Reales, antigua Casa

de la Real Audiencia y de los Capitanes Generales y Chancillería, edificio que habría heredado una vocación

de poder que le era cónsona con su presencia maciza volcada hacia el espacio abierto que mira hacia el río. Su

volumen se corta en fuerte escorzo contra el eje de la calle que lo separa todavía del primero de dos relojes de sol

(1753) levantados en tiempos de la conquista sobre la geografía nacional.

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Cubierto por la pátina del tiempo

y los revoques de estilos que el tiempo había impuesto sobre su superficie, en exteriores e interiores, el edificio

de dos niveles, de alta presencia escalar y frondosa cornisa, es una típica «Casa de Gobierno».

30

Los trabajos

del Palacio tardaron más de lo previsto por el problema de la conflagración mundial que afectaba el mercado.

Algunos de los materiales elementales de la obra física fueron elaborados por manos dominicanas y extraídos

de canteras, minas y bosques dominicanos (mármoles, areniscas, maderas de caoba y otras). Pero el cemento

y los aceros habían sido solicitados a empresas europeas y ya la guerra se había generalizado en todo el viejo

continente dificultando el transporte de esos rubros. Es por esa razón que un grupo de obreros especializados

cubanos llega al país y, además, trae maderas y obras ya terminadas que adornarían salones y espacios del

Palacio.

Mientras avanzaban los trabajos del Palacio Nacional de República Dominicana, en Estados Unidos, en

1946, Frank LloydWright empezaba el GuggenheimMuseum, en New York, y justo el año en que terminan

la sede gubernamental dominicana Kenzo Tange termina el Centro de la Paz en la desolada ciudad de

Hiroshima (1947), crematorio atómico y vergüenza de la humanidad. Ese mismo año, en Santo Domingo, el

7 de junio, convocan al Concurso Internacional de la Basílica Catedral Nuestra Señora de la Altagracia en

Higüey.

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En el mes de agosto del año 1947, entregan, bendicen e inauguran el Palacio Nacional.

Como se puede apreciar, el proyecto y obra del edificio sede del Gobierno de la República Dominicana, el

Palacio Nacional situado en Santo Domingo, ciudad capital, es una labor que discurre y se fragua en tiempos

de guerra por el mundo. Mientras Norteamérica y Europa enlutaban, viendo esta última borrarse muchos de

sus más esplendentes escenarios históricos, el dictador dominicano fortalecía su dominación y creaba los íconos

de su propaganda política; el Palacio Nacional estaba llamado a ser el más representativo de todos. Era una

subliminal herramienta de convencimiento que se pensó y se construyó para ser mostrada como inequívoca

alusión de paz, progreso y desarrollo impuestos en medio de los avatares mundiales que desangraban a la

humanidad.

Mientras tanto, la persona que había dirigido los trabajos de construcción de tan monumental obra había ido

quedando enferma y siete años después fallecía, al mediodía del 15 de marzo de 1954.

Sus restos descansan en el Cementerio de la avenida Máximo Gómez.

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Notas

1

Dato obtenido del obituario del «Boletín de la Asociación

Dominicana de Ingenieros y Arquitectos» (

A

dia

), junio 1954, p.

37. «

La tesis de su examen final, en 1925, versó sobre el estudio de un Regulador

autónomo, auto regulador de presión y parada rápida

» (sic). El diploma

original lo conservan sus descendientes, en Santo Domingo.

2

Frase extractada de información biográfica suministrada por su

familia.

3

Se realizaron ocho, entre 1928 y 1956 el último de ellos enDubrovnik,

antigua Yugoslavia. Ver el capítulo 3 de

K. F

rampton

,

Historia

Crítica de la Arquitectura Moderna

, Editorial Gustavo Gili, Barcelona

1981.

4

Inicialmente se inscribieron 1.926 arquitectos, sin que tengamos

certeza de la inscripción de alguna mujer.

A. K

esley

,

Concurso

para el Faro a la memoria de Cristóbal Colón

, Unión Panamericana,

Washington 1931, p. 155.

5

El anuncio se produjo el 20 de abril de 1929. Se sometieron 456

propuestas de 44 naciones, representando 3 continentes (América,

Europa y África) y se exhibieron 2.400 diversos dibujos en diferentes