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Presencia italiana en el Cibao y Santiago. Siglos
xix
y
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1908; ya en 1908, su establecimiento, llamado La Italiana, al lado de la sombrerería y fábrica de sombreros La
Física Moderna, se anunciaba en «El Diario».
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Sin dudas con una economía estable, casó el 2 de octubre de
1909 con Candelaria Contín (Cayaya).
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Genaro Cantisano (Maratea, 21 de marzo de 1869 - Santiago, 7 de enero de 1928) era hijo de Nicola Canti-
sano D’Anetra y Gaetana Limongi y salió hacia América a la edad de 20 años. Después de deambular por
Centroamérica, Panamá y Venezuela, llegó a Saint Thomas, desde donde fue traído a Santiago, vía Puerto
Plata, por el comerciante Tomás Pastoriza, quien lo empleó en su establecimiento, sito en la esquina de las
calles Ex Convento y Comercio.
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No sabemos qué tan pronto se independizó, pero casó el 5 de enero de
1898 con Margarita de Jesús Flores García.
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En 1901 era socio industrial de la Bonilla y Cía, junto a Agustín
Bonilla.
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Ya en 1904 era propietario del Café Italia,
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, frente al Parque Central
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y a partir de 1910 aparece
como agente de billetes y loterías, figurando como administrador de la lotería de San José de Las Matas (1911),
agente de la lotería de Jánico (1915-1916) y agente general y pagador de las loterías de Jánico, San José de Las
Matas y Valverde (1916). Citado como carpintero en 1907, en 1912 era rematista del provento municipal de
venta de maderas. En 1910 y 1911 se le asignó una patente de pulpería.
Anselmo Copello (Saint Thomas
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, 18 de septiembre de 1879 - Washington, 9 de diciembre de 1944
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),
hijo del italiano Geronimo Copello y la santomeña Aline Ducassou, fallecida en Charlotte Amalie, Saint
Thomas, en 1914,
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vivió primero en Haití, donde residían parientes suyos muy cercanos, entre ellos un tío
que fue Cónsul de Italia en Puerto Príncipe. Una versión indica que trasladó a República Dominicana junto
a su hermano José tras haberse disgustado con ese tío,
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aunque otra versión recoje que cruzó la frontera con la
ayuda de un coterráneo, montado en un burro y vestido con una pañoleta y ropa de la mujer de este, tras matar
a un haitiano en una trifulca en Cabo Haitiano. De acuerdo a Nicanor Jiménez, su hermano mayor, principal
empleado de Richard Sollner, propietario de la fábrica de cigarrillos La Habanera, fue quien le sugirió que lo
llamara para laborar en ella. Copello dejó la pulpería que regenteaba en La Vega
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y luego de un tiempo pasó
a ser socio de Sollner a partir de 1907.
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En Santiago encontraría a la familia de Esteban (Stefano) Piola, quien en 1870, siendo un joven de 17 años,
trabajó en Charlotte Amalie junto a su padre Gerónimo (Gerolamo), su tío Giuseppe (José) Copello y Ge-
rolamo Leviti,
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, este último fallecido en 1913 y quien llegó a ser Cónsul dominicano en Saint Thomas.
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Ese vínculo podría explicar por qué Esteban Piola Valverde, hijo de Esteban Piola, fue empleado y luego
funcionario de La Habanera.
Copello casó en Higuey el 18 de diciembre de 1916 con Celia Argentina de Soto, hija de hija de César de
Soto y Celia Valdez,
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con quien procreó a César Gerónimo, Celia Adelina, Argentina Anselma, Ileana
Josefina y Margarita.
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Los hermanos José y Vicente Pugliese, hijos de Nicolás Pugliese Curzio (Vibonati, 1842-1920) y Francisca
Antonia Giffone Federico (Vibonati, 1864),
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llegaron al País siendo adolescentes: José (Vibonati, 6 de oc-
tubre de 1886 - Santiago, 7 de junio de 1960)
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arribó a la edad de 16 años en 1902 y Vicente (1898-1932)
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desembarcó a la edad de 12 años, en 1910. Ambos se integraron y luego regentearon la fábrica de zapatos fun-
dado en 1899
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por su padre, quien estuvo en Río de Janeiro antes de establecerse en República Dominicana.
En sus inicios, a Nicolás Pugliese le acompañó su primo Arcangelo Tedesco Giffone (Vibonati, 1850), hijo
de Gaetano Tedesco y Anna Maria Giffone, quien fabricaba los zapatos que vendía, y posteriormente se hizo
acompañar de su cuñado Vito Antonio Giffone.
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Sin dudas siguiendo sus pasos, en Santiago se establecie-
ron más tarde los cuñados de José y Vicente Pugliese, Francisco Antonio Finizola y Lázaro Finizola, casados
con María Brígida y María Francesca Pugliese Giffone, respectivamente.
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Los negocios italianos dedicados a las actividades de importación y exportación motivaron cambios europei-
zantes en hábitos de consumo de alimentos, bebidas y moda en la población urbana. Entre los productos que
introdujeron destacaban las pastas, el queso, las aceitunas, el aceite de oliva, dulces, frutas en conserva, vinos,
enlatados y embutidos como las salchichas, el salchichón y el salami. La moda era matizada con aportes como