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Capital italiano en la economía moderna dominicana
Sobre la capitalización de la industria del dulce Eugenio María de Hostos calculó el valor de haciendas y
fábricas en 21,088,750 dólares en 1884, incluyendo las diez y ocho en el sur del País que estimó con un valor
de 11.8 millones de dólares,
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monto este financiado con inversión extranjera directa. Con estos datos y otros
estimos se calculó en 2,622,224 dólares el valor de los ingenios de Vicini Cánepa (Angelina, Azuano, Italia
y Ocoa), unidades productivas que por salarios de los braceros y otros trabajadores anualmente ponían a cir-
cular alrededor de 356 mil dólares.
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Aportaban la cuarta parte de la oferta total de azúcar, explotando una
extensión de 933 hectáreas (12,2 caballerías, cada una equivalente a 1,200 tareas) de las 4,200 hectáreas (55
caballerías) en producción cuando operaban diez y ocho haciendas en la costa sur del País.
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Considerando la
productividad de 600 libras de azúcar por tarea de caña cultivada y llevada a los molinos, estimo que las 933
hectáreas
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de caña en las haciendas e ingenios de Vicini Cánepa producían 8,784,000 libras (4,392 toneladas)
de azúcar al año, equivalentes a un poco más de la quinta parte del volumen medio de azúcar exportado por
el País de 1881 a 1890.
Capital italiano en caminos de hierro y ferrocarriles
El objetivo inicial de las inversiones en caminos de hierro y ferrocarriles no fue ampliar las actividades de com-
praventa en el mercado interno; aunque produjo el efecto, el propósito era otro: agilizar y hacer más eficiente el
transporte de azúcar y otros renglones agrícolas a los puertos de exportación.
La reducción del costo de transporte y el aumento de la productividad en la producción y comercialización
interna y externa de los productos agrícolas, que fueron beneficios generados por las inversiones en caminos de
hierro y ferrocarriles, contribuyeron de manera significativa con la separación de la economía agrícola de la de
manufactura de azúcar.
En el ferrocarril se transportaban los ingresos fiscales generados por aranceles a la importación y exportación de
productos agrícolas y de otra naturaleza; el británico daba el servicio desde el puerto de Sánchez. Los ferroca-
rriles, incluyendo el de Samaná-Santiago, aumentaron el tonelaje de productos transportado desde los campos
a los puertos de embarques. En la siguiente tabla la evolución en los primeros años del siglo veinte.
T
ransporte de mercancías
F
errocarril
S
amaná
-S
antiago
1907-1912
(T
oneladas
)
Producto
1907
1908
1909
1910
1911
1912
Cacao
6,146
11,004
8,097
8,470
11,521
13,033
Tabaco
1,665
968
1,550
1,210
637
1,342
Café
48
80
117
148
348
305
Total
7,859
12,052
9,764
9,828
12,406
14,680
Fuente:
B
ia
RG 350, SD 17987-8, «Report on the Twenty-sixth Ordinary General Meeting of Shareholders of the Samaná and Santiago
Railway Co. Ltd., April 11, 1913». (Tomado de
P. B
ryan
,
La Transformación Económica de la República Dominicana
, Academia Dominicana
de la Historia, Santo Domingo 2016, p. 99).
Los empresarios del azúcar que invirtieron en caminos de hierros y ferrocarriles a lo largo y ancho de sus ha-
ciendas de caña tuvieron el apoyo fiscal del Gobierno, lo que tomó la forma de exenciones y exoneraciones
de impuestos para importar maquinarias, equipos, carbón, fierro, materiales rodantes, rieles, traviesas, entre
otros. Estos caminos de hierro y ferrocarriles se utilizaron casi exclusivamente en el transporte de la caña desde
el campo a la fábrica y el azúcar desde la factoría a los puertos de embarques, sin conexión con el mercado