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Capital italiano en la economía moderna dominicana

del italiano Francesco Grecco en Puerto Plata proyecta once películas de los hermanos Lumière.

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Domingo

Russo Cino y su hermano Alessandro son los fundadores de la primera farmacia en la ciudad de Bonao, y el

italiano Giuseppe Russo Cino pionero de la energía eléctrica en Puerto Plata, La Vega y Moca, además de

mantener abierto los únicos cines de La Vega y fundar el Club Rotario. Arturo Pellerano Alfau en 1889 fue

fundador del «Listín Diario», uno de los matutinos más respectados y tradicionales del País.

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Capital italiano en la Era de Trujillo

Como ya se dijo más arriba, la primera burguesía nacional estuvo integrada por comerciantes-intermediarios

que financiaron a los productores y exportadores de materias primas desde el último cuarto del siglo

xix

, cuan-

do no existían instituciones bancarias formales, y la segunda burguesía la formaron empresarios que fueron los

responsables de financiar la moderna economía dominicana durante los Gobiernos de Ulises Heureaux. Lue-

go de su asesinato en Moca, el 26 de julio de 1899, siguió un periodo de inestabilidad política con frecuentes

cambios de Gobierno.

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Poco se producía para el consumo interno: en 1908 solo operaban 25 fábricas y 66 talleres artesanales, que

fabricaban ron, cigarrillos, calzados y medicamentos patentizados. Entre 1878 y 1900 en Santiago se habían

registrado 28 establecimientos comerciales, la mitad de dominicanos; en Puerto Plata 19 negocios, de los cuales

7 de empresarios dominicanos, los demás de Alemania, Italia, España, Cuba y Puerto Rico.

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Las pocas acti-

vidades productivas explican por qué, en la primera década del siglo

xx

, la economía creció a una tasa media

anual de solo 2.48%, y que se recuperara en la segunda década con un aumento anual de 10.89% con motivo

de las inversiones en plantación azucarera de las corporaciones estadounidenses y de la familia Vicini, entre

1900 y 1916.

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La concentración de capital en favor de estadounidenses cambió la propiedad de las catorce

centrales azucareras.

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En 1892 se explotaron 53,823 acres, aumentando a 123,335 acres en 1905.

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En los primeros veinte años del

siglo

xx

el comercio exterior total (importaciones más exportaciones) del Pais creció a una tasa media anual de

9.28%, acumulado con un valor de 115,592,096 dólares, un promedio anual de 4,445,850 dólares.

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La eco-

nomía se deprime y crece a una tasa media anual de 3.63% en la década de los veinte, y por la Gran Depresión

Mundial la tasa se redujo a 1.96% en los treinta. En 1936 la propiedad de los negocios era la siguiente: quince

de extranjeros, de los cuales uno de italiano, y ochenta y cinco de dominicanos.

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En 1937 operaban once em-

presas industriales, la inversión total era de 62,408,322 dólares y 311,956 empleos.

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Se habían patentizados 30

mil negocios, el 82% de tipo comercial.

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No obstante el incremento de las exportaciones, la economía apenas crece 3.95% en los cuarenta. Por ciclos

de auge y caída las actividades económicas registraron un crecimiento medio anual de 4.7% de 1900 a 1949.

Durante las cuatro décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, la política económica estuvo bajo

la influencia de la doctrina de la Comisión Económica para América Latina (

C

epal

) creada en 1950. El

dictador Trujillo aprovechó el modelo de sustitución de importaciones de la

C

epal

para incursionar en di-

ferentes negocios, capitalizándose con fondos del Presupuesto del Estado Dominicano. Trujillo, un rural en

su proceder pero con talentos natural para los negocios,

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temprano en 1930 trazó un plan para crear empresas

comercializadoras de la producción nacional e importar bienes. Participó como empresario en variados nego-

cios, en tabaco, harina, pan, carne, sal, ferreterías, fábricas de aceite vegetal y de vidrio, chocolate, clavos, café,

jabón, calzados, ganaderos y otros.

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Para quedarse con la mayoría de las acciones, obligó a Richard Sollner y

al empresario italiano Anselmo Copello a vender sus participaciones accionarias en la Compañía Anónima

Tabacalera, CxA. El primero la fundó y el segundo la desarrolló hasta convertirla en la de mayor capitaliza-

ción en el País: sus activos se computaron en 1.2 millones de dólares en 1932.

Además del negocio del azúcar, transporte aéreo y marítimo, Trujillo tenía la propiedad de la Caribbean

Motors Co., concesionaria de Chrysler, General Electric, Goodyear, Atlas y Firestone, y del Atlas Comercial