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Capital italiano en la economía moderna dominicana
la formación de una próspera clase de terratenientes, cuando la propiedad agraria era poco relevante como
criterio de estratificación social.
Debido a la presión social contra la ocupación, y al fuerte rechazo de la población a iniciativas impositivas del
Gobierno de ocupación, la economía creció apenas un 0,67% anual en la década de los sesenta.
El período de 1844 a 1870 en términos político fue marcado por las campañas del ejército haitiano en territorio
dominicano. Turbulencias provocadas por el caudillismo de Pedro Santana y Buenaventura Báez, quienes
compartieron el poder, por 24 cambios de Gobierno y la incapacidad de establecer un Gobierno estable con
apoyo constitucional. Como consecuencia de todo lo anterior la economía creció apenas a una tasa media
anual de 0,68%, y por aumento de la inmigración el ingreso per cápita del dominicano se redujo a una tasa
anual de -2,7 por ciento.
Capital italiano durante los primeros años de la economía moderna (1870-1900)
Como los líderes políticos incumplieron su obligación de establecer las condiciones para un sistema de Go-
bierno basado en el respeto a la Constitución de la República,
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desde la Separación de Haití hasta 1869 las
actividades agrícolas se caracterizaron por ser de altos riesgos, con tecnologías atrasadas,
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y muy baja produc-
tividad del trabajo.
El cambio de propiedad de la tierra y medidas económicas liberales, como las que estaban en vigencia en los
Países europeos, eran condiciones necesarias para que se produjera un flujo positivo de inversión extranjera
directa, que contribuyera a introducir la tecnología productiva de punta, con el crecimiento sostenido de la
economía y la creación de empleos. Llegó un poco tarde a República Dominicana la doctrina liberal, en el
último cuarto del siglo
xix
, aunque el fundador de la República Juan Pablo Duarte y Diez, Pedro Francisco
Bonó y Ulises Francisco Espaillat, máximos representantes del liberalismo en el País, temprano comenzaron
a explicar su conveniencia.
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Es a partir de 1870 y con la llegada al poder del Partido Azul o Partido Liberal
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cuando se ponen en práctica políticas económicas liberales y la estabilidad política basada en el respecto a los
postulados de la Constitución,
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medidas que probaron ser fundamentales para que la agricultura diera el salto
de subsistencia a comercial, rentabilizara y que demandara una mayor cantidad de trabajadores. Estos cam-
bios, cualitativos y cuantitativos, tienen lugar durante los años de la Segunda Revolución Industrial, desde
1860 hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914.
La doctrina liberal explicaba que el incremento de la demanda en el mercado internacional debía cubrirse con
volúmenes que fueran resultado de aumentos de la productividad agrícola del trabajador, lo que demandaba
capital privado. En base a ese postulado la economía dominicana inició el proceso de inserción progresiva en
el comercio internacional que se reflejó en el
P
ib
, crecido a una tasa media anual de 4,9% de 1870 a 1899.
Cuando los veintinueve años son analizados por décadas, se destaca la importancia del uso de nuevas tecnolo-
gías en la industria del azúcar; aceleró el
P
ib
y la economía aumentó a una tasa media anual de 3,3%. En los
setenta, alrededor de Azua se instalaron entre 100 y 200 trapiches y 100 en torno a Baní.
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La economía creció
4,9% en los ochenta y 5,9% en los noventa.
La nueva tecnología productiva fue importada con capital de empresarios extranjeros, como sucedía en otros
Países. Convirtieron en intensiva en el uso del factor la industria azucarera dominicana, ahorradora de trabajo
y competitiva, aumentando de manera significativa el rango de economías de escala y ocupando el azúcar la
principalía en la economía nacional,
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en reemplazo del tabaco que era intensivo en trabajo y familiar.
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Buena
parte de trabajadores desplazados fue absorbido en la producción de café, tabaco y en la economía de subsis-
tencia, aunque luego, cuando el mercado internacional del azúcar demandó mayores volúmenes, retornaron a
la industria del dulce.
Con la apertura de la economía al comercio internacional aumentó la necesidad de capital de trabajo. Este
fue facilitado por agentes extranjeros y comerciantes-mayoristas locales, que se convirtieron en miembros de la