
361
Legado italiano en la música y en la cultura dominicanas
entonces por Danilo Belardinelli, Fulvio Montanaro,
Luigi Fusilli y el propio Montelli, quien luego sería
fundador y director del Cuarteto Ars Nova, junto a
los maestros Jacinto Gimbernard (violín), François
Bahuaud (cello) y Giovanni Costantino (viola), en
la capital dominicana.
En Montelli su innato perfeccionismo y natural
curiosidad le hicieron sobresalir en el campo de la
crítica musical. Pero entre sus múltiples facetas merece
también destacada mención la de ser un especialista
en la técnica de sonido, conocimiento que adquirió
en un curso en la
B
bc
de Londres.
En La Voz Dominicana ocupó por largos años el
cargo de director del Departamento de Grabaciones
y su labor desarrollada en esta área fue fundamental
para la creación de la más importante discografía que
registre la historia de la radiodifusión en República
Dominicana, al punto que importantes artistas
extranjeros tenían marcadas preferencias para que
sus grabaciones fueran hechas en los estudios de esa
institución. Francesco Montelli se mantuvo activo
como violinista de la Sinfónica hasta 1965.
Vivió en Santo Domingo hasta su fallecimiento,
el 14 de abril de 1966 y pidió ser enterrado en esta
ciudad, donde dejó, en el ambiente musical y social,
indelebles recuerdos tanto por sus extraordinarias cualidades artísticas como por su generosa y humana
personalidad. Su nieta
M
aria
P
ía
M
ontelli
estudió canto en Italia y su bisnieta
M
ariangela
F
ranco
M
ontelli
(hija del bajo dominicano Moisés Franco Trujillo), quien heredó de él la inclinación hacia el
violín, en la actualidad desarrolla una brillante carrera en Italia, en ruta ascendente hacia el éxito.
En el segundo grupo de músicos italianos contratados por La Voz del Yuna, que llegó cinco meses más tarde,
el 9 de julio de 1947, vinieron ocho nuevos profesores, todos del más alto nivel académico y artístico: Roberto
Caggiano (director de orquesta), Lorenzo Ticchioni (cornista), Silvana Samproni (violinista), Laura Girardi
Cacciapuoti (arpista), Sydney Gallesi (oboísta), Maria Luisa Faini (pianista) y el dúo de pianistas formado
por Mario Carta y Enrico Cagna-Cabiati. Este conjunto de músicos sentaría cátedras durante su estadía en el
país y las huellas de su destacada labor todavía son palpables.
R
oberto
C
aggiano
nació en Potenza, provincia de la región de Basilicata, en Italia. Estudió armonía,
contrapunto y composición con Bernardino Molinari en la Academia de Santa Cecilia de Roma, donde
debutó como director con la orquesta del Augusteo y dictó la cátedra de armonía.
Llegó a la capital dominicana el 9 de julio de 1947, contratado por José Arismendi Trujillo, para organizar una
orquesta sinfónica en La Voz del Yuna con músicos italianos y de otras nacionalidades. Aunque el proyecto
original no se hizo realidad, a él le siguió la creación de la Orquesta de Arcos dirigida por el propio Caggiano,
integrada por músicos italianos al servicio de la empresa, que presentaba semanalmente un programa especial
a través de esa potente emisora de radio.Al finalizar su contrato de dos años, en 1949 Caggiano regresó a Italia,
pero al año siguiente ya estaba de vuelta en Santo Domingo, donde José Arismendi Trujillo lo había mandado
a buscar para que se hiciera cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional que había entrado en crisis con su director
titular en ese momento, el mexicano Abel Eisenberg.
La soprano Mara de
Martini y el barítono
Rafael Félix
Gimbernard en la
primera Noche de
Ópera.Teatro Olimpia.
Orquesta Sinfónica
Nacional y su director
titular Roberto
Caggiano, en el salón
de actos de la
Dirección General de
Bellas Artes, actual
Museo de las Casas
Reales, en 1951.