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Ciencia y protección ambiental para el desarrollo agrario

enviados al doctor Carlos Eugenio Chardón, Comisionado de Agri-

cultura en Puerto Rico, «

al cual

– reconoce Ciferri –

se deben importantes

contribuciones para el conocimiento de la micoflora dominicana

». También des-

de Puerto Rico y otros Países del exterior llegó material micológico que

fue estudiado luego en el laboratorio de la Estación Nacional Agronó-

mica. En 1927, ya se habían estudiado unas cuatrocientas especies de

hongos del País, de las cuales se habían publicado diez series prepara-

das por el propio Ciferri junto a González Fragoso que contenían unas

trescientas especies.

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Esta tarea autoimpuesta se vio reflejada pronto en

decenas de publicaciones que realizadas en el País y en el extranjero y

culminó en una de sus obras principales,

Micoflora Domingensis

, publi-

cada en 1929, y en la que seguirá trabajando posteriormente hasta publicar su botánica integral de los hongos

de la isla:

Mycoflora Domingensis Integrata

, en el año 1961.

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Informe sobre el Cacao

En el 1928 Ciferri completó, en colaboración con su equipo, el estudio sobre el cultivo y la producción del

cacao en el País. Un fruto que contaba con una larga historia de cultivo y exportación desde la colonia, con

altas y bajas; el cual a inicios del siglo

xx

ocupaba a gran número de cultivadores, grandes y pequeños, así

como terrenos de envergadura en las principales regiones agrícolas y, por demás, un cultivo de importancia

estratégica para el País.

El

Informe

es representativo del tipo de investigaciones que realizaba la Estación Agronómica y el personal del

Colegio de Agricultura bajo la dirección de Ciferri. El examen lo llevó a todas las regiones productoras y de la

comparación señaló la baja calidad del cacao que se producía, pese a alta potencialidad del producto domini-

cano. Al buscar las causas del problema no se limitó a las cuestiones de las técnicas agrícolas, como era común,

pues lo típico era achacar la mala calidad del cacao y otros productos a la ignorancia de los campesinos. Ciferri

fue más allá encontrando que la misma era debida a la explotación comercial del pequeño agricultor, quien no

recibe ningún incentivo y termina respondiendo a la demanda comercial de un cacao de calidad ínfima, que

era lo que en promedio se tenía por el cacao de Sánchez.

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El

Informe

está dividido en doce capítulos que abarcan: 1) la industria cacaotera en el mundo; ya dentro del

País: 2) noticias históricas del cacao, 3) estadísticas de producción e importancia económica, 4) distribución

geográfica del cultivo, 5) climatología y suelos, 6) «Especies y variedades del cacao y de las plantas de som-

bra», 7) análisis del cacao y sus características, 8) práctica cultural cacaotera, 9) «Ensayo de ecología agrícola

del cacaotero», 10) las lluvias y la cosecha, 11) observaciones en una finca y 12) «Enfermedades parasitarias

y no parasitarias del cacaotero». Este

Informe

que fue realizado en medio de la mudanza y reinstalación de la

Estación y el inicio del Colegio en Moca, sigue siendo hoy día un estudio de referencia para el conocimiento

de la industria cacaotera de la República Dominicana. Sobresalen en este libro varios capítulos por su actua-

lidad: los que se refieren a la climatología y los suelos, la lluvia y la cosecha, así como el que presta atención

a la cultura campesina; dos son especialmente importantes: el ensayo de ecología agrícola y el que trata de las

enfermedades de las plantas cacaoteras.

Ciferri observó que el comerciante apela a la cantidad, pero consideró que esta no era una estrategia de desarrollo

social, pues reproducirá no solo la baja calidad del cacao, sino la pobreza del productor, sea este mediano em-

presario o pequeño campesino. Por eso propuso mejorar la calidad del cacao ya que su potencial era mucho más

alto; y esto se debía hacer incluso con el concurso de los mismos comerciantes, quienes podían aportar con su

conocimiento de las clases y calidades del cacao a una mejor clasificación del producto. De esa manera, apostando

a la calidad y no a la cantidad la República conseguiría un segmento del mercado mejor del que tenía entonces,

Mapa de las provincias

de Santo Domingo

publicado en el artículo

Encuesta fitopatológica

de Santo Domingo,

1925-1929

del doctor

Raffaele Ciferri en «The

Journal of the

Department of

Agriculture of Porto

Rico». Enero del 1959.