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Las murallas de Santo Domingo y la documentación de los trabajos de los Antonelli
Es por eso que en este contexto, donde el patrimonio arquitectónico histórico es aún más minado por las
calamidades naturales y donde el desarrollo turístico de los últimos decenios ha puesto en riesgo la misma
existencia de tales hallazgos, a menudo demolidos para abrir espacio a algún hotel o a la ampliación de
una infraestructura portuaria, una consideración sobre el desarrollo de modelos de arquitectura fortificada
se vuelve esencial para los propósitos de investigación y tiene como objetivo la valorización del patrimonio
histórico arquitectónico.
Para el estudio de tales modelos, geométricos y analíticos, el dibujo ayuda no solo a hacer explícitos los
caracteres, a través de la geometría descriptiva, sino que también permite modelar las formas, manifestando en
este proceso temáticas constructivas así como produciendo prototipos útiles para la documentación y la puesta
en valor del patrimonio.
El tema del modelado, a lo largo de la historia de la investigación, siempre se ha referido al intento de hacer
«real» una visión concebida virtualmente, consolidando prototipos materiales o matemáticos capaces de
establecer una base científica para explicar los fenómenos físicos y mecánicos más complejos de la naturaleza.
La Ingeniería, entendida en todas sus formas más complejas de estudio y experimentación, encuentra
imprescindible el uso de formulaciones matemáticas y mecánicas y la aplicación de lenguajes complejos,
aunque universales, que encuentran referencia en la ciencia del diseño. Esta necesidad comunicativa obligada,
tiene hoy en día nuevas posibilidades de expresión en la esfera digital, donde el lenguaje de la programación
reformula los principios estructurales del modelo computacional y de la composición en general.
El tema recurrente de la «documentación», entendida como exigencia de apropiarse del patrimonio histórico-
cultural, con especial referencia en este caso al arquitectónico, y por lo tanto de la propia identidad cultural
y de la misma cultura, ha puesto en evidencia como tales reflexiones teóricas y análisis más profundos sobre
el patrimonio tangible e intangible son capaces de explicar, a través del dibujo y la explicación de modelos,
independientes de qué ciencia los gobierna, el sustrato cultural necesariopara enmarcar un contextodeterminado.
El desarrollo tecnológico que estamos experimentando en esta época no solo condiciona las técnicas y
aplicaciones de los procesos documentarios, sino que también induce a un proceso general de replanteamiento
del significado más profundo del conocimiento y de las múltiples declinaciones que de este brotan cuando se
habla de sistema para el desarrollo, la gestión o la valorización del patrimonio. Nuevos sistemas de representación
producen nuevas expectativas relacionadas con la comunicación digital, variando los objetivos y renovando
constantemente la demanda, en términos analíticos de exigencias cognoscitivas también en respuesta a
necesidades más relacionadas con el carácter computacional de interacción con los propios modelos, capaces
de proporcionar hoy en día respuestas tanto cuantitativas como cualitativas. Este fenómeno está orientando el
mundo profesional y académico a mantenerse al día con las prácticas de producción de nuevos
output
o salidas,
obteniendo productos multidata y archivos complejos de informaciones capaces de responder, al mismo
tiempo, a múltiples finalidades.
La gestión cada vez más compleja de flujos dinámicos de datos que producen archivos digitales, vinculados a la
utilización de tecnologías cada vez más eficaces, está orientando la investigación académica hacia el desarrollo
de sistemas de documentación y modelación que proporcionen, asociados a los modelos mismos, códigos de
cálculos con el objetivo de programar actividades e interconectividad entre los modelos y los bancos de datos
digitales.
Las informaciones recopiladas en las actuales actividades de documentación del patrimonio suele ser
abrumadora en relación con los objetivos establecidos y, en algunos casos, no suficientes para representar
plenamente algunos de los aspectos inmateriales vinculados al valor cultural del patrimonio histórico. Existe
por lo tanto una fuerte exigencia de organizar la estructura misma del conocimiento para que las tecnologías
puestas a nuestra disposición puedan utilizarse seleccionando los datos necesarios para definir un marco de
conocimiento constituido por informaciones que, en forma de imágenes y modelos digitales, se conviertan
en herramientas ampliadas e implementables, generando informaciones directas y sintéticas necesarias para