
242
Las murallas de Santo Domingo y la documentación de los trabajos de los Antonelli
Ozama. Utilizado como prisión hasta finales de la década de 1960, el complejo fortificado se abrió al público
en 1965, debido a su relevancia como monumento de la arquitectura medieval.
Desde la fortaleza, siguiendo el curso del río, se observan secciones de muros y bastiones de la Ciudad Colonial,
que también continúan en el lado sur, a lo largo de la costa. Estas porciones no son fechables con precisión y
es posible imaginar solo algunos de los cambios, de ubicación y reconstrucción, que se realizaron a lo largo de
los siglos.
En 1589, cuando llegaron Antonelli y Tejeda, Santo Domingo ya había perdido parte de su importancia
política y comercial a beneficio de nuevos puertos del Pacífico, invalidando el gran recinto de los muros
construidos en previsión de un alto ritmo de crecimiento urbano que sin embargo ya se había detenido en
las primeras décadas del siglo
xvi
. Antonelli replanteó el cinturón de murallas, acercándolo a la ciudad y
agregando bastiones a lo largo de toda su extensión. Cerca del Fuerte de San Gil, la traza del cinturón tuerce
hacia el norte, prolongándose en tramos alternos y de este permanecen la Puerta de la Misericordia y el Fuerte
de la Concepción, junto con el signo de los muros que los unían, quedando a la vista en la carretera. El Fuerte
apunta hacia el este, a lo largo de la actual calle Juan Isidro Pérez, donde el cinturón vuelve a aparecer cerca de
las Ruinas de La Caridad. Un diseño residencial cuidadoso, alrededor de los años ochenta, permitió mantener
intacta la parte baja de los muros entre Ruinas y San Miguel, un espacio fortificado de forma pentagonal al
nivel del suelo, hoy en día convertido en área deportiva de uso público.
Tras otra interrupción, las fortificaciones vuelven a aparecer junto a la Ermita de San Antón, con el bastión
homónimo y una reconstrucción de los muros que llega hasta la Catedral Castrense Santa Bárbara. El proyecto
de fortificación desde Santa Bárbara continuaba hasta el río Ozama, acompañando su curso con una cortina
baja, intercalada con puertas y fuertes menores, que se mantiene solo en parte intacta pero cuya forma ha
permanecido visible en el camino. El conjunto de estas porciones visibles permite todavía hoy leer el proyecto
original, aunque con las precauciones necesarias debido a los cambios causados a lo largo de los siglos por
eventos bélicos, intervenciones humanas y naturales.
Nube de puntos láser
escáner del Bastión
del Invencible.
Vista de la nube de
puntos del Bastión
ubicado cerca de la
Ermita de San Antón.
Puesto que los
ciudadanos no lo
perciben como
monumento el sitio se
encuentra en estado
crítico: en la parte
superior está cubierto
por malezas y son
claramente visibles las
huellas de un edificio
construido utilizando el
bastión como base y
luego colapsado.