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Periodistas italianos o de origen italiano

Desde temprano escribió obras literarias, por ejemplo

Una flor del Ozama, Amor y expiación, Los enamorados de

Carmita

y su obra principal,

Baní

o

Engracia y Antoñita

, una novela costumbrista, la primera en el país, que narra

las tradiciones del pueblo de Baní (de donde era nativa su madre y él vivió en sus primeros años) que se desta-

caba por su desarrollo cultural y económico. En 1890 a la muerte de su tío, el padre Billini, asumió la dirección

del Colegio San Luis Gonzaga, pero en esta labor no fue exitoso y tuvo que abandonarla.

Pero lo que ahora nos interesa, su labor periodística, comienza en un periódico partidista, «El Pabellón Do-

minicano», vocero de la revolución en contra de Báez, y «La Voz del Sur»,

sobre los temas de su región de

nacimiento. Su obra cumbre fue «El Eco de la Opinión» (primera edición el 2 de marzo 1879). «El Eco» se

constituyó en portavoz y promotor de la paz y el progreso que vivió el país en esos años. Defendió la expor-

tación, la migración, los maestros ambulantes rurales y la naciente industria azucarera. Se deben destacar dos

trabajos: «Haciendas de Caña», una serie de artículos de su autoría publicada de junio de 1870 a septiembre

de 1880 en que describe el estado y desarrollo de la naciente industria azucarera; y los artículos escritos por

José Gabriel García, de marzo de 1889 a junio de 1892, en polémica con Manuel de Jesús Galván, sobre los

actores de la independencia, en concreto sobre la batalla del 19 de marzo de 1844 y el papel jugado en ella por

el general Pedro Santana.

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Su hermano

H

ipólito

(1850-1903) fue diplomático y administrador público. Y también se desempeñó como

articulista del «Eco de la Opinión» y del «Listín Diario». Siendo cónsul en la ciudad de New York escribió

Present condition of the Dominican Republic

(1885). Escribió sobre los problemas fronterizos y el tratado de amistad

con Haití. En 1901 polemizó con el Ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Henríquez y Carvajal sobre

«El contrato con la Improvement» (Santo Domingo Improvement Company era una compañía norteameri-

cana que detentaba los prestamos públicos del Gobierno dominicano) publicado en el «Listín Diario». Aun-

que lo anterior es importante, lo que resulta de mayor valor periodístico son una serie de artículos, publicados

en «El Eco de la Opinión»

entre 1886 y 1897, escritos con diversos pseudónimos bajo la ficción de un carteo,

donde trata temas históricos, costumbres y críticas de la sociedad dominicana.

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Esta familia, tan extendida y

presente en la sociedad dominicana, más adelante tuvo otros descendientes dedicados al periodismo. El prime-

ro que hemos encontrado es a

M

ario

B

obea

B

illini

. Según Carlos Larrazábal Blanco, descendería de José

Altagracia Billini Mota casado con la banileja Narcisa Cruz. Una hija, Dolores Billini Cruz, casó con Pedro

Antonio Bobea Montes de Oca, los padres de Mario Bobea Billini (1916-1996). Bobea Billini se destaca en el

periodismo y la floricultura.

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De joven formó parte del grupo Los Nuevos, asociación de jóvenes de La Vega,

su pueblo natal. En esta condición escribió en los periódicos «La Palabra» y «El Progreso» y en la revista «Los

Nuevos». Mudado a Santo Domingo hacia crónica deportiva («Casos y cosas del béisbol») para el periódico

«La Nación». En 1962, tras la desaparición del régimen de Trujillo, junto a su compueblano Rafael Molina

Morillo fue cofundador de la revista cultural y política, social y nacionalista «Ahora». Pero donde don Mario

alcanzó su realización fue en el suplemento agropecuario del periódico «El Caribe» iniciado en 1981.

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Además, en la descendencia de Agustín Billini Hernández, el décimo quinto hijo de Billini Ruse, encontra-

mos a Margarita Billini Bernal quien casó con Antinoe Fiallo, los padres de

J

osé

A

ntinoe

F

iallo

B

illini

(1943). Fiallo Billini es abogado de profesión, pero se ha dedicado a la enseñanza universitaria de sociología e

historia. Esta labor la ha alternado con el periodismo. De universitario fue miembro del consejo de un periódi-

co titulado «Ataque» y posteriormente dedicó siete años al periodismo radiofónico en el programa «Matutino

Alternativo». Además, ha sido articulista de revistas académicas como «Ecos», «Estudios Sociales», «Ciencia

y Sociedad», en el periódico del Partido de la Liberación Dominicana, «Vanguardia del Pueblo», y en perió-

dicos de circulación nacional como «Listín Diario» y «Nuevo Diario».

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A los Billini, en el tiempo e importancia, le sucederían los

P

ellerano

. No fueron tanto periodistas sino más

bien promotores, propietarios y directores de diversos medios de comunicación desde finales del siglo

xix

hasta

nuestros días. Según el genealogista de los Pellerano, Julio Amable González Hernández, Giovanni Battista

Pellerano Costa (1806-1880) y Teresa Costa (1806-1880), oriundos de Santa Margherita Ligure, emigraron