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n primer lugar, quiero dar mi más sincera enhorabuena al Embajador de Italia, Andrea Canepari,
por haber dado vida, con un entusiasmo y una dedicación ejemplar, a esta obra que definiría como
«enciclopédica» en cuanto a la influencia italiana en la República Dominicana y a las larguísimas re-
laciones fraternales entre ambos Países. La valiosa y detallada información dada al lector constituye un marco
para quien desee profundizar en esta fascinante relación (una importante pieza del vasto mosaico de la presen-
cia italiana en América Latina) y en este viaje a través de la historia, desde Colón hasta nuestros días.
He tenido el placer de conocer, incluso personalmente, a algunos de los protagonistas de estas historias, desde
nuestros contemporáneos, hoy punto de referencia para la sociedad dominicana y para la comunidad italiana,
como los Vicini, hasta héroes del pasado reciente cuya historia hemos recordado recientemente en la Orga-
nización Internacional Ítalo-Latinomericana
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. Me refiero, por ejemplo, al inolvidable comandante Ilio
Capozzi. He tenido la impresión de que el vínculo entre Italia y República Dominicana va más allá de las
personas, traspasa épocas y se funde en un sentimiento de recíproco afecto, podría decirse, casi de amor.
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ha contribuido con los años a forjar este sentimiento de acercamiento entre los dos Países a través de im-
portantes proyectos de cooperación, sobre todo, en el sector agrícola y en el de pequeñas y medianas empresas,
pero también estimulando el desarrollo de nuevas tecnologías (a propósito de esto, recuerdo el acuerdo de
cooperación entre el Ministerio de Asuntos Exteriores e
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para la creación de un programa de diplomacia
científica, tecnológica y de innovación) y otorgando becas de estudio a estudiantes brillantes e investigadores
dominicanos.
Recientemente, en 2019, tuvimos el placer y el honor de recibir la visita del entonces Presidente dominicano,
Danilo Medina, y también de tener como vicepresidenta de nuestra organización a la Embajadora dominicana
en Roma, Peggy Cabral. La exposición histórica de
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en el Ministerio de Asuntos Exteriores en República
Dominicana a principios de 2020 ha hecho que el público dominicano conozca mejor nuestro papel de puente
entre Italia y República Dominicana. Las relaciones culturales entre ambos Países son muchas, y, solo por
citar las más recientes, recuerdo en 2017 la participación en el concierto «Músicas de América Latina» de la
cantante Cynthia Antigua y la Exposición fotográfica de las hermanas Mirabal. En 2018, la proyección de del
documental «Las sufragistas» de la directora dominicana Ylonka Nacidit-Perdomo y la participación de la
pintora, estilista y emprendedora Grey Est en nuestra RedTalentosLatinos, en el primer encuentro de talentos
latinoamericanos en el ámbito cultural. También tuvieron lugar el Premio
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de Fotografía de Alejandro
Cartagena, ganador de la edición de 2012, y la presentación del documental «Mujeres dominicanas en la his-
toria 1821-1942» de Jocelyn Espinal. Desde 2019, la República Dominicana participa en «Castillo Errante.
Residenza internazionale del Cinema» representada por un estudiante de cinematografía que junto a un grupo
de estudiantes latinoamericanos e italianos realiza un proyecto audiovisual internacional. En 2020, siete, entre
niños y adolescentes, dominicanos han participado en «Desde mi ventana. Image slamCovid-19», un concur-
so en el que los dibujos de los niños ilustran este difícil momento de cierre y distanciamiento social.