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E
n todo el mundo, cuando se habla de Italia, se piensa inmediatamente en la belleza y en la historia.
El volumen
El legado italiano en la República Dominicana. Historia, Arquitectura, Economía y Sociedad
ilustra
cómo República Dominicana ha sido positivamente influenciada e impregnada por la cultura italiana,
que no solo ha traído belleza, sino también ciencia, tecnología y desarrollo económico.
Personalidades como Cristóbal Colón o Alessandro Geraldini, primer Obispo residente en Santo Domingo,
literato, intelectual y diplomático, han contribuido notablemente a la difusión de nuestra cultura en este
espléndido País. Gracias a este libro, podemos descubrir que en Geraldini la cultura no solo se ha traducido en
la construcción de la bella Catedral de Santo Domingo, sino también en la defensa de los indígenas. Se trata
de páginas poco conocidas de la historia mundial, escritas por italianos en República Dominicana, que siguen
a muchas otras en las que los protagonistas son dominicanos junto a los amigos italianos.
La presencia italiana en República Dominicana no solo se puede ver en la cultura humanística, artística,
musical o cinematográfica, sino también en la cultura científica y tecnológica. A finales del siglo
xix
, los
mercaderes genoveses fueron los que llevaron a la República Dominicana innovaciones fundamentales en el
sector agrícola, algo que transformó la economía del País. Los salesianos, todavía hoy recordados con gratitud
por la población, implantaron, por su parte, un eficaz sistema de educación generalizada en el País, además de
enseñar los instrumentos profesionales necesarios para llevar a cabo diversas actividades. Más tarde, los italianos
crearon distintas instituciones: el primer periódico dominicano fue fundado por italianos en 1889, así como la
Marina, creada por un mercader genovés y héroe de la Independencia dominicana, Juan Bautista Cambiaso.
Asimismo, son importantes los intercambios mutuos en el sector de la arquitectura: desde el primer edificio
inspirado en el Renacimiento italiano de las Américas hasta el estilo tan reconociblemente italiano del Palacio
de la República en SantoDomingo, diseñado por un ingeniero italiano. Como se verá, en este libro se recuerdan
a muchos arquitectos dominicanos que se formaron en Italia.
Gracias a este volumen, la misma comunidad italiana de la República Dominicana podrá conocer mejor sus
propios orígenes. Si tenemos conciencia de esta historia compartida, de esta nueva cultura creada gracias a la
contribución de la cultura italiana, podrán llegar nuevas oportunidades de inversión y comercio. Del recíproco
conocimiento de nuestras culturas solo puede nacer una nueva e intensa relación, junto al deseo de escribir
unidos páginas nuevas de esta historia.
D
ario
F
ranceschini
Ministro de Bienes y Actividades Culturales de Italia