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Alessandro Geraldini vs Rodrigo de Figueroa
Alessandro Geraldini vs Rodrigo de Figueroa:
la Iglesia dominicana, los
encomenderos
1
,
el problema de los indios
E
doardo
D’A
ngelo
Profesor de Filología Latina Medieval de la Universidad de los Estudios Suor Orsola Benincasa de Nápoles
E
n las Indias españolas, a principios del siglo
xvi
, solo había tres diócesis,
sufragáneas de Sevilla: Santo Domingo, Concepción de la Vega (ambas
en la isla de la Española)
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y San Juan en la isla de Puerto Rico. El pri-
mer Obispo «residente» de Santo Domingo es el italiano (de Amelia, Umbria)
Alessandro Geraldini, como se dirá ampliamente en este artículo. Antes de él
había sido nombrado, pero nunca entró en vigencia al tomar posesión del cargo,
Francisco García de Padilla O.F.M., anteriormente Obispo electo de la diócesis
efímera de Bayuna (1504-1511).
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Padilla es Obispo (solo en el papel) de la ciu-
dad dominicana entre 1511 y 1515, el año de su muerte.
La bula pontificia de la nominación de Padilla, sin embargo, nunca fue efectiva,
ya que el Rey español Fernando el Católico pretendía tener una definición muy
clara de los derechos de los obispos sobre impuestos e ingresos que a las nuevas
diócesis americanas podrían venir de los territorios. El 8 de agosto de 1511 el Papa
Julio II emitió una nueva bula, la
Pontifex Romanus
, que reasignó la propiedad
de las diócesis americanas. El día 13 siguiente, Padilla fue nombrado para la
Diócesis de Santo Domingo, proveniente de la Diócesis de Bayuna,
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que se su-
primió simultáneamente. La consagración se lleva a cabo el 2 de mayo de 1512 y
el franciscano permanece en la propiedad de la silla, como se mencionó, hasta su
muerte, en 1515.
El sucesor de Padilla, Alessandro Geraldini,
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en ese momento obispo de Vul-
turara (en Apulia) en el Virreinato español de Nápoles, fue nombrado obispo
de Santo Domingo por bula de Papa León X el 23 de noviembre de 1516.
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El prelado está en ese momento
comprometido en el Norte de Europa en una serie de reuniones con soberanos para la predicación de la cru-
zada por orden del propio Pontífice (ep. 2.4), y por lo tanto no puede viajar: es lo que responde, en su carta
(ep. 2) de 13 de septiembre de 1517, a la comisión de los Padres de San Jerónimo enviada a la Española por
el Cardenal Cisneros, quien supervisará y dirigirá el trabajo de los funcionarios reales activos en la isla, que
habían invitado al obispo recién elegido a tomar posesión. Y en esa misma carta anticipa el envío de dos de sus
vicarios y procuradores, su sobrino Onofrio (hijo de su hermana Tullia) y su
criado
Diego del Río (ep. 2.8). Y
con una carta exactamente un año después (13 de septiembre de 1518), desde Londres (ep. 1), agradeció a los
miembros del Capítulo de la Catedral de Santo Domingo por haber recibido a sus dos vicarios, prometién-
doles su inminente llegada. Pero la llegada no fue inminente. Hubo que esperar exactamente otro año para ver
al Obispo de Santo Domingo poner un pie en la isla de la Española. El evento ocurrió el 17 de septiembre de
1519, como él mismo lo afirma en ep. 7.11, primera carta escrita en Santo Domingo, destinada a Carlos V y
fechada el 6 de octubre.
Página anterior:
Un retrato, de autor
desconocido, de Ales-
sandro Geraldini de
Amelia, Arzobispado
de Santo Domingo.
Alessandro
Geraldini, retrato al
óleo de Vaquero
Turcios. Colección
Museo de las Casas
Reales, Santo
Domingo.