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Introducción del editor
do mi invitación a escribir y, con gran paciencia, han estado disponibles a integrar, en ocasiones, sus trabajos
para subrayar y aclarar puntos que para mí eran fundamentales para ilustrar historias icónicas del matrimonio
cultural entre Italia y la República Dominicana. Quiero expresar mi más profundo agradecimiento al doctor
Frank Moya Pons, al profesor Danilo Manera y a la arquitecta Virginia Flores Sasso por sus ideas iniciales y
por su entusiasmo en los momentos de creación de este volumen. Mi más profundo agradecimiento también al
Presidente de la Academia Dominicana de la Historia, José Chez Checo, por el continuo diálogo y el trabajo
realizado en la organización de los textos.
Un agradecimiento especial por el apoyo recibido por las instituciones dominicanas, comenzando por el Mi-
nistro de Asuntos Exteriores, Roberto Álvarez, así como a toda las instituciones que siempre han aceptado mi
invitación para colaborar con iniciativas que han hecho aflorar la herencia cultural italiana en República Do-
minicana: los diferentes actos culturales llevados a cabo para celebrar los 120 años de las relaciones diplomáti-
cas, los 500 años de la llegada del primer Obispo residente en Santo Domingo, Alessandro Geraldini, los 200
años del nacimiento del primer almirante y fundador de la Marina de la República Dominicana, Giovanni
Battista Cambiaso. Han sido momentos importantes para dar a conocer la historia compartida contada en este
libro y han permitido establecer contactos fructíferos con instituciones culturales y con el mundo académico de
este país, facilitando después la participación en este libro.
Un vivo agradecimiento a las altas personalidades que han decidido honrar a este proyecto con su valiosísimo pró-
logo: el Presidente de la República Dominicana, Luis Abinader; la Ministra de Cultura de la República Domi-
nicana, Carmen Heredia; la Alcaldesa del Distrito Nacional de Santo Domingo, Carolina Mejía y el Presidente
de la Academia Dominicana de la Historia, José Chez Checo. También estoy muy agradecido por las notas
introductorias escritas por el Ministro de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional de Italia, Luigi
Di Maio; el Ministro de Bienes y Actividades Culturales de Italia, Dario Franceschini; el Director General de
Globalización y Asuntos Globales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Ita-
lia, Luca Sabbatucci; y el Secretario General del Instituto Ítalo-Latinoamericano (
I
ila
), Antonella Cavallari.
Agradezco mucho al Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional italiano haber apo-
yado, gracias a la financiación del plan extraordinario
Vivere all’italiana
, iniciativas nacidas justamente de este
libro, como el
graphic novel
sobre diez historias icónicas extraídas del mismo, publicado en edición impresa y
digital y distribuido en los colegios dominicanos.
Por último, me gustaría agradecer a los patrocinadores, Santo Domingo Motors-Grupo Ambar, Grupo Inicia
y Grupo Puntacana por creer y apoyar la publicación de este volumen.
Ha sido un placer conocer al editor Umberto Allemandi que ha creído desde el principio en el proyecto de
la edición en italiano y español de un libro técnicamente rico y complejo, como rica y compleja es la historia
que aquí se cuenta. También ha sido un placer trabajar con padre Joseph Chorpenning y Carmen Croce de
la Saint Joseph´s University Press que entendieron inmediatamente la importancia de una edición estadouni-
dense enriquecida con contribuciones de docentes americanos.
Estoy convencido de que de este volumen nacerá la conciencia de la historia pasada y deseo que promueva
nuevas oportunidades y favorezca al mismo tiempo posteriores investigaciones sobre un tema que merece que
se profundice en él. Como se refleja en esta introducción, he descubierto muchas de estas historias a través de
encuentros con personas cuyo conocimiento ha sido un privilegio para mí y que han considerado importante
compartirlo con el Embajador de Italia. Por mi parte, he creído que era mi deber presentarlas con carácter
científico y unitario, deseando hacer partícipes a los lectores de todo lo que he aprendido, comenzando por la
comunidad italiana, pero incluyendo a todos los dominicanos amigos de Italia.
Espero que este volumen sea útil, también, para los que estén interesados en la contribución de Italia y de las
comunidades italianas en el mundo en general, así como en los intercambios culturales, sociales, económicos
y políticos derivados. Se trata de un asunto muy importante para mí y de una profunda reflexión a través de
mi papel de editor de otros dos volúmenes:
The Italian Legacy in Washington D.C.: Architecture, Design, Art,