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Al rescate de don Antonio Imbert Barrera
Tía Guachy se encontraba en ese momento con doña Urania, la de Salvador, con los niños, Luichi y su hermanita,
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e iban a
llevarles ropa a los ajusticiadores que las tenían ensangrentadas, donde el doctor Durán. Papá bajó caminando a las oficinas de la
Cancillería de la Delegación italiana. Detrás de estas oficinas, vivían Mario y Dirce.
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Papá encontró a Trotti, el ministro consejero, en una mecedora borracho con una señorita, por lo que optó por retirarse. Papá era
cónsul honorario, pero no tenía inmunidad ni placa diplomática, ni nada de eso.
Cuando regresó, tía Guachy había decidido que esa noche los muchachos se iban a quedar en su casa, pues ya Oscar estaba dur-
miendo. Al día siguiente, 2 de junio, mamá los va a buscar y Leslie, Oscar y Tony van a dormir a casa.
Los detalles del día que llega tío Antonio a donde tío Julián los conservan Camilito Suero y Rhina
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en los expedientes del Ar-
chivo General de la Nación, que se los enviaron el año pasado. Tío Antonio pretendía llegar a la frontera con Haití en uno de
los camiones de tío Julián. Como no resultó esto posible, tío Antonio le pidió a tío Julián que hablara con papá. Tío Julián fue a
casa y papá le dijo que regresara a las 3 p.m.
Papá fue donde Mario Cavagliano y le pidió que escondiera a tío Antonio como había hecho con Yuyo D’Alessandro. Mario
le contestó junto a Dirce: “Señor cónsul, lo que usted desee!”. A todo esto, Antonio Imbert nunca había tan siquiera visto a
Mario!
Papá le dijo a tío Julián que no encendiera la luz de la galería ni de la marquesina y que a las 7:00 p.m. en punto iba a entrar a
recogerlo. Así lo hizo. En la calle Santiago antes de la Máximo Gómez venía detrás un carrito del Servicio de Inteligencia
Militar (
S
im
), aquellos famosos “caliés”. Antonio Imbert creía que lo habían ubicado, y le dijo a papá que los iba a enfrentar…
Papá le dijo que si estaba loco! Al llegar a la Máximo Gómez el carrito dobló la esquina, y papá siguió hasta donde Mario
Cavagliano.
El día 2, cuando los hijos de tío Antonio y tía Guachy llegan a casa, papá se da cuenta de que en la puerta de nuestros vecinos,
los Gutiérrez, habían colocado un agente del
S
im
. Papá entiende que tener a los hijos de Antonio Imbert en su casa crea una
peligrosa relación con el hecho de haberlo escondido y rápidamente, sin explicarle nada a mamá, le exigió que retornara a los
hijos de tío Antonio a su casa. Mamá estaba ajena a la razón por la cual le hacía tal exigencia, pero salió para donde tía Guachy
para entregarle a los muchachos. Tía Guachy le dijo a mamá “que de las últimas personas de quien se esperaba algo así, era de
De izquierda a derecha
Liliana Cavagliano
Strozzi de Peña, sus
padres Mario
Cavagliano Broglia y
Dirce Strozzi de
Cavagliano,
funcionarios de la
Embajada de Italia.
(Foto del periódico «El
Siglo»).