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La elección de la libertad
La elección de la libertad: Ilio Capozzi
y la Revolución de Abril
G
iancarlo
S
umma
Director del Centro de Información de las Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana
S
e llamaba Ilio Capozzi. Un militar italiano que después del armisticio del 8
de septiembre de 1943
1
eligió continuar luchando junto a los nazis contra los
angloamericanos y los partisanos italianos, hasta el final: la derrota del fascismo y
la liberación de Italia. El camino de Capozzi fue, en este sentido, similar al de miles de
jóvenes italianos que crecieron durante el fascismo, los
balilla
que fueron a Salò a matar
y morir, en la amarga definición de uno de ellos,
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víctimas de la sofocante y sombría
retórica militarista del régimen de Mussolini en el que habían crecido. La historia de
Capozzi, sin embargo, es extraordinaria por cómo terminó muriendo en un país lejano,
veinte años después del final de la Segunda Guerra Mundial.
La República Dominicana considera a Capozzi un héroe nacional y le concedió la
naturalización póstuma, después de su muerte en combate, en los días de la Revolución
de Abril y de la invasión norteamericana en 1965. Está enterrado en el cementerio de
Ciudad Nueva, en Santo Domingo, en la avenida Independencia. En la lápida, una
simple placa: «Comandante Ilio Capocci-1965». El error en el nombre es casi simbólico.
Poco se sabe de la vida de Capozzi en Santo Domingo y casi nadie escuchó hablar de
él en Italia. Es un vacío de información que merece ser llenado: por el interés histórico
pero también por la importancia simbólica y política de sus elecciones, todavía relevantes
muchos años después.
Capozzi nació en Roma en noviembre de 1918
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en una familia de clase media sin
tradición militar; estudió y se convirtió en un joven hombre durante los veinte años de fascismo (1922-1943).
Luchó en la Segunda Guerra Mundial, pero aún no ha sido posible establecer en cuáles frentes. Después del
8 de septiembre eligió enlistarse en una unidad de la Luftwaffe, la fuerza aérea nazi, donde se especializó en
acciones de sabotaje.
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Terminó luchando contra los partisanos, en una de las páginas más brutales de la guerra
civil italiana. Cuando el norte de Italia fue liberado y la guerra terminó, Capozzi desapareció durante más de
tres años; tal vez fue hecho prisionero,
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o quizás se escondió para escapar del destino que les tocó a no pocos
combatientes fascistas: la prisión o la ejecución sumaria. Al final, regresó a Roma. En los años cincuenta se
casó con una maestra de primaria unos años mayor que él, Elida Arcangeletti. Tuvieron dos hijos: Annaluisa,
que murió aún niña en 1967, y Alessandro, que hoy tiene 62 años y sigue viviendo en Roma. Su rostro flaco y
ahuecado recuerda al de su padre, en las fotos con el casco en los días de la Revolución.
Después de otros trabajos, en 1954 Capozzi se convirtió en portero adjunto del Hotel Plaza, en via del Corso,
en aquella época uno de los hoteles más elegantes de Roma. Años de la
dolce vita
: su hijo Alessandro dice que
vio una foto de su padre con el ex Presidente argentino Juan Domingo Perón, los dos sentados en una Vespa.
Buena paga, buenas propinas, una vida demasiado tranquila, algunos disgustos familiares. En 1958, tal vez
a través de un viejo compañero de armas, Capozzi aceptó la propuesta de irse a la República Dominicana,
para un trabajo bien remunerado que le permitiera «seguir sintiéndose como un soldado».
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Oficialmente, es un
contrato con el Departamento hidrográfico de la Marina Dominicana; en realidad, Capozzi formó parte de un
Página anterior:
Fotografía de Manuel
Ramón Montes Arache
junto a Ilio Capozzi,
militar italiano,
entrenador de los
hombres rana. 1965.
Telegrama de la
Embajada Británica en
Ciudad Trujillo, 12 de
mayo de 1960, con
detalles sobre el
entrenamiento de
hombres rana por
instructores italianos
contratados de forma
privada.