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Amadeo Barletta

Dominicana fueron resueltos por una «decisión» de una corte superior. La caída en desgracia de Logroño, per-

sona de extrema obesidad y la victoria del italiano Barletta provocó jocosos comentarios entre los dominicanos:

«Bajaron la manteca y subieron los macarrones»… «La cuerda se rompió por lo más grueso». En conclusión,

Barletta fue excarcelado por las presiones norteamericanas e italianas, ejercida la última a través de los propios

norteamericanos. El enviar un barco de guerra europeo al Caribe hubiese sido una violación de la Doctrina

Monroe.

En diciembre Brache renunció y se pasó a la oposición en el exilio. Barletta, en 1936 se reunió en New York

con Brache y otros exilados antitrujillistas como Ángel Morales. En 1937 regresó brevemente a Santo Domin-

go pero luego, en diciembre de 1938, salió hacia Italia. Ya en enero de 1937, buscando mejorar sus relaciones

con Mussolini, Trujillo había establecido una legación dominicana en Roma. La colonia italiana en Santo

Domingo lo felicitó por el gesto y Trujillo se dirigió a ella, también públicamente, calificándolos como «

hijos

de la hidalga patria de Garibaldi y Mussolini

».

Un reporte del agregado naval norteamericano en La Habana de diciembre de 1939, coincidiendo con el tras-

lado allí de Barletta, mencionó que mientras este residió en la República Dominicana era evidente su simpatía

hacia el nazismo y el fascismo y que consideraba que era antinorteamericano. En La Habana, Barletta, quien

había casado en Santo Domingo con Nelia Ricart, de las mejores familias de la capital dominicana, adquirió

la representación de la General Motors. Al ser colocado en Cuba en la «lista negra», por ser italiano, emigró a

Argentina cuando se inició la guerra, regresando a Cuba al término de la misma. Paradójicamente cuatro años

después del apresamiento de Barletta y declarada la guerra al eje, los norteamericanos pusieron a los negocios de

Barletta en Santo Domingo en su «lista negra», de fascistas. A diferencia del caso de los alemanes, ningún ita-

liano fue llevado a campos de concentración en Estados Unidos cuando los dominicanos declararon la guerra.

Irónicamente, en 1943, cuando ya los Estados Unidos estaban en guerra con Italia, Trujillo utilizaría el caso

Barletta para «probar al mundo» que él fue de los primeros «atacados» por los fascistas a quienes «combatió».

En La Habana, desde su periódico «El Mundo», Barletta criticaría el ascenso al poder de Fidel Castro en

1959, lo que provocó que se le acusara, falsamente, de haber hecho negocios con los gánsteres norteamericanos

quienes habían controlado los casinos cubanos durante la dictadura de Batista. Salió de Cuba llegando a

Santo Domingo en 1963, coincidiendo con el ascenso al poder de Juan Bosch en las primeras elecciones libres

desde 1924 y volviendo a sus negocios dominicanos.

Moriría en Santo Domingo en 1975. Su tumba dice, en italiano,

Il cavaliere del lavoro

.

1

Notas

1

«Caballero del trabajo» fue el alto reconocimiento que a Amadeo Barletta otorgó el Gobierno de Italia el 6 de junio de 1955, mediante patente

número 1.329, en atención a sus destacadas actividades industriales en la región de Calabria.