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Aporte de los italianos en el desarrollo minero en República Dominicana
Aporte de los italianos en el desarrollo minero en
República Dominicana
R
enzo
S
eravalle
Ingeniero y Presidente de Casa de Italia
L
a historia de la minería en la República Dominicana comienza con la llega-
da al Nuevo Mundo de los primeros colonizadores. A pesar de que el moti-
vo principal del navegante genovés Cristóbal Colón (Cristoforo Colombo,
en italiano) fue encontrar una ruta más corta y más segura hacia el oriente del mundo
conocido, de donde llegaban a Europa las especias y otros productos exóticos de mu-
cho valor, el resultado fue otro. Colón encontró un mundo completamente diferente
a lo que estaba buscando y por consiguiente variaron los objetivos y las estrategias
futuras. La búsqueda de las especias se convirtió en búsqueda de oro y plata, dando
inicio a la industria minera en las Américas. En ese Nuevo Mundo, que el Almirante
bautizó la Española por su semejanza y en honor a España, se inició la búsqueda de
los lugares donde los aborígenes extraían el oro que usaban como adornos y vieron
que era de los ríos, arroyos, arenas y de una zona que ellos llamaban Cibao, en el
centro de la isla.
De acuerdo a escritos encontrados en el Archivo General de Indias, se estableció el
año 1505 como inicio de la explotación de la mina de oro entre el poblado de Hatillo
y el valle de la Zambrana, cerca de la ciudad de Cotuí. Hasta hace pocos años todavía
se encontraban los residuos, oxidados por el hierro contenido en las piritas, de las ex-
cavaciones practicadas por los primeros mineros aborígenes. La escasa población indígena que habitaba ese
territorio llevaba una vida natural, no contaminada por el hombre europeo. Eran agricultores que sembraban
ñame y yuca y los colonizadores los convirtieron en trabajadores de minas con picos, palas, horario de trabajo,
cuevas practicadas en las laderas de los cerros, etc. La consecuencia fue la muerte de esos primeros agricultores
convertidos en mineros y la mina fue cerrada 15 años después, en 1520.
Don Juan Nieto de Valcárcel, a quien el Rey de España había enviado a la Española a explorar los yaci-
mientos auríferos, sugirió al soberano restablecer la explotación de los yacimientos, que, según decía, habían
producido anualmente más de un millón de coronas al trono. Después de esos primeros trabajos no se conoce
ninguna otra actividad minera. Varios entendidos y conocedores de minería hicieron algunas exploraciones,
pero sin ningún resultado positivo y práctico, así como se otorgaron algunas concesiones, pero simplemente
con fines especulativos.
Fue en el año 1946 que llegó a la República Dominicana el doctor Renato Zoppis de Sena, geólogo y mine-
ralogista italiano. Con su vasta experiencia en exploraciones en varias partes del mundo supo reunir muchas
informaciones sobre los antecedentes mineros en la República Dominicana, realizó las primeras exploraciones
in situ
y presentó al Gobierno dominicano un programa de estudio geológico y mineralógico de la República,
incluyendo una exposición y explicación del potencial mineralógico del país. El Gobierno aceptó la propuesta
del doctor Zoppis y ordenó a la Secretaría de Estado de Industria y Comercio abrir un departamento que se
dedicara a la minería. Así se creó el Servicio de Minería, primera oficina oficial en República Dominicana
Muestra de los
residuos oxidados de
las excavaciones de
los Taínos buscando
oro para los Españoles
en el siglo xvi de la
colonia, en Pueblo
Viejo.
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Vista de la zona rural
de la República
Dominicana (“Existence
of God” de Giovanni
Savino, donada por el
autor).