Previous Page  291 / 540 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 291 / 540 Next Page
Page Background

289

La formación italiana de los arquitectos modernos dominicanos, 1950-2019

La formación italiana de los arquitectos

modernos dominicanos, 1950-2019

G

ustavo

L

uis

M

oré

Director de la revista «Archivos de Arquitectura Antillana».

C

ontexto cultural

internacional

L

a arquitectura

en la

I

talia de la

posguerra

L

a

formación universitaria local

L

a configuración del

E

je

I

talia

E

ran los años de la posguerra, las fuerzas de Occidente se recomponían. Los Estados Unidos de

América vivían la gloria del vencedor y ejercían un fuerte impacto en la cultura global. Los grandes

maestros internacionales como Frank Lloyd Wright, Le Corbusier o Mies van der Rohe realizaban

sus últimas obras, y daban paso a figuras como Eero Saarinen, Louis Kahn, SOM | Skidmore Owings

and Merrill, Paul Rudolph, Aldo van Eyck. Se sentía la revolucionaria actitud que habría de detonar en los

años sesenta con equipos como el Team X, Archigram, un poco después las extraordinarias obras de Foster,

Piano, Rogers (el Musée Pompidou por ejemplo), y ya desde los cincuenta, el despunte de América Latina

y su exposición en el Museum of Modern Art: Niemeyer, Costa, Villanueva, Barragán, Ramírez Vázquez,

Romañach, Bermúdez, Vegas, Salmona, Zabludovsky, Testa, y un largo etcétera.

Eran años de gran intensidad cultural y de trascendentes cambios políticos en los que asomaba ese «se vale

todo» que parece primar hoy. Italia vivió un renacer de inusitado calibre de la arquitectura moderna, esta vez

abrazada a la ingeniería. Pier Luigi Nervi se destacaba como proyectista estructural de una dimensión en la

que la arquitectura, la ingeniería y la construcción parecían convertirse en una sola disciplina. Sus proyectos

dieron realce a las Olimpíadas de Roma en 1960; transformaban Turín, y otras ciudades que recibieron sus

elegantes y asombrosas estructuras. Otros autores descollaban con sus obras exquisitas: Franco Albini, cuyo

edificio de la Rinascente en Roma abría de deleitar a muchos; Giovanni Michelucci, el célebre florentino autor

de la Chiesa dell’Autostrada del Sole; el visionario Carlo Scarpa, veneciano de fuste universal, con su detallada

arquitectura y su design de refinado gusto. Eran los años del despertar del diseño industrial italiano, de ese design

tan concentrado en Milán, vinculado a empresas como Flos, Artemide, Cassina, Poltrona Frau, iGuzzini, etc.

Según refiere la revista monográfica «2G», n. 15 («Arquitectura italiana de la posguerra 1944-1960»), editada

por Luca Molinari y Paolo Scrivano:

«Tras las particularidades sufridas por la introducción del movimiento moderno en la Italia fascista, la producción arquitectónica del país renace

tras la Segunda Guerra Mundial. El movimiento moderno se combina con una visión más local ligada a una tradición histórica de gran peso y a la

construcción en ciudades históricas muy consolidadas. Italia pasa a ser en estos años un baluarte de la arquitectura moderna mundial que prepara

el campo de reflexión de todas las posteriores aportaciones de alcance mundial por parte de los teóricos italianos de los años 70.

Edificios para firmas comerciales, agrupaciones de viviendas, edificios públicos de arquitectos como Ernesto N. Rogers y su grupo BBPR,

Gardella, Moretti, Ridolfi, Quaroni, Albini, Figini-Pollini o Michelucci que, junto con la pujanza de un diseño italiano que se exporta a todo

el mundo o el poder de la prensa especializada italiana como medio de reflexión internacional, hacen de esta etapa de la arquitectura italiana uno

de los episodios más fructíferos de la arquitectura europea de la segunda mitad del siglo

xx

. Obras significativas tales como la torre Velasca de

BBPR, el edificio de viviendas “Girasole” de Moretti o los barrios de viviendas de Ridolfi, Albini y Figini-Pollini».

Tal es el panorama en Italia. En una realidad paralela, la República Dominicana iniciaba el régimen trujillista;

algunos italianos con presencia en la República Dominicana se destacaban en varios escenarios.

A

lfredo

S

caroina

había ya participado décadas antes en varias obras públicas, entre ellas el Ayuntamiento de

Página anterior:

Vista sur del conjunto

del Banco Central de la

República Dominicana,

obra de Rafael

Calventi, ganada por

concurso público en

1974.