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Angiolino Vicini Trabucco (1880-1960)
Fue un italiano muy vinculado y solidario a su Patria durante toda su existencia. Cuan-
do la Guerra de Abisinia y nuevamente al finalizar la Segunda Guerra Mundial, ob-
sequió al Estado Italiano valiosos bienes personales en gesto de ayuda económica para
la reconstrucción de su siempre amada Italia. Dentro de un conjunto de documentos
vinculados a su larga permanencia en territorio dominicano, existe un manuscrito, de
fecha 19 de febrero de 1958, el cual conserva como un tesoro su nieto Federico Guiller-
mo Rodríguez Vicini, al ser considerado «el primer testamento de un inmigrante», y
que dice lo siguiente:
Desde Italia al Nuevo Mundo
«
Era el 23 de marzo 1896. Ese día me levanté como un resorte a las 6:00 a.m. ya todos en el hogar paterno estaban
levantados. Despedida imborrable y ahora recordándola más imborrable aún sin conocer su profundo significado.
Partire es quasi morire
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(partir es casi morir).
Ya en el tren con mi inolvidable papá me alejaba de mi casa, de mis familiares y conocidos haciaGénova para abordar,
en un esbelto y elegante bergantín de velas que me esperaba, levantar el ancla hacia el infinito Atlántico.
Papá comprendiendo el último instante de mi angustia y del sufrir me dejó antes de que el flamante bergantín, la
“Bianca Aspasia” fuera remolcado fuera del gran puerto genovés a mar abierto y donde sus velas blancas flotaban
como gaviotas.
Comprendí que desde Italia me alejaba y que de frente tendría el Nuevo Mundo
».
El 25 de septiembre de 1949 Angiolino Vicini donó una porción de terreno localizada
en la ciudad de Santo Domingo con un área de 20.000 metros cuadrados al Estado
Italiano. En dicho documento de donación se hacía constar, de manera determinante
y especifica, que la misma tenía como objeto principal que en dicho terreno se constru-
yese la Residencia del Embajador de Italia, así como la sede de sus oficinas consulares
en la ciudad de Santo Domingo. Fue condecorado por el Gobierno italiano con la
Estrella de la Solidaridad Italiana el 1 de febrero de 1950.
El 25 de septiembre de 1987 el Estado Italiano designó mediante Decreto la sede de la residencia de la Emba-
jada de Italia en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, con el nombre de «Villa Angiolino
Vicini» en un gesto de reconocimiento por su altruista generosidad hacia su Patria. El 1 de junio de 1988, en
ocasión de la celebración de la Fiesta de la República Italiana, fue instalada oficialmente una tarja en bronce
en la entrada de la Embajada contentiva de dicho Decreto.
En esa ocasión el licenciado José Angiolino Vicini, en nombre de otros familiares que lo acompañaban, pro-
nunció unas breves palabras que tituló «Gracias a Italia» y que en parte decían:
«
Por iniciativa del Excelentísimo Señor Embajador Venturella el Gobierno de Italia rinde en esta ocasión un tributo justiciero a don Angiolino
Vicini progenitor de una familia distinguida y sencilla, enraizada en esta tierra de Duarte con el tejido vigoroso de una descendencia dominicana.
Es este, un homenaje póstumo, destinado a perpetuar la memoria de un hombre para quien la patria fue siempre un altar. Su amada Italia fue
como llama en su pecho de una lámpara votiva cuyo calor perenne le acompañó siempre, para suplir, en alguna medida, los distantes recuerdos del
terruño que le vio nacer y compensar la dolorosa ausencia de los seres queridos que desde su adolescencia dejaba atrás cuando surcó el Atlántico a
finales del siglo pasado, a bordo de una Goleta, para venir a esta tierra promisoria.
Un emigrante que lleva impregnada en su sangre y en su alma a su Patria no la olvida nunca, como nunca la olvidó nuestro ilustre ascendente,
quien soñó siempre con ver a sus compatriotas residentes en la República Dominicana unidos y congregados en la Casa de Italia, que es esta
Embajada, para mantener vivos los vínculos indisolubles que hacen posible la nacionalidad.
Los 20.000 metros cuadrados que hace más de treinta años donara don Angiolino Vicini al Gobierno de Italia son una muestra de la largueza y
generosidad de este caballero italiano que hizo posible que hoy esta magnífica residencia sea propiedad italiana.
Excelentísimo Señor Embajador Venturella, gracias, gracias, muchas gracias al Gobierno de Italia desde lo más profundo de nuestros corazones:
23 de febrero del año
1958, día en que,
recordando la fecha de
su partida desde
Génova (23 de marzo
de 1896) hacia el
Nuevo Mundo, es decir
62 años después,
Angiolino Vicini escribió
para la historia lo que
representó para él y su
padre la angustia y
tristeza que vivió al
momento de la
despedida cuando
abordaba el bergantín
«Bianca Aspasia».
1ero de febrero de
1950, Angiolino Vicini
recibiendo de manos
del Embajador de Italia
la condecoración de
La Estrella de la
Solidaridad italiana,
otorgada por el Estado
Italiano en
agradecimiento a la
donación de terrenos
en el año 1949.
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En italiano.